Es habitual normalizar ciertas molestias físicas: esa rigidez en la espalda baja al finalizar la jornada o una punzada recurrente en el hombro tras realizar esfuerzos cotidianos. Sin embargo, la medicina actual advierte que convivir con el dolor no es una situación que deba aceptarse como parte natural del envejecimiento o del trabajo. A menudo, estos síntomas son la antesala de lesiones musculoesqueleticas, patologías que representan uno de los motivos más frecuentes de consulta médica y baja laboral en nuestro país.
El Centro Adiós Varices, reconocido por su especialización en el manejo del sistema vascular, ha incorporado un servicio de Traumatología completo en Illescas. Esta decisión se debe, claro está, a cubrir una necesidad evidente: la de proporcionar un enfoque clínico más exhaustivo en el conocimiento para poder diagnosticar y tratar adecuadamente el mal que origina esas dolencias, evitando que devengan en formas de cuadros clínicos crónicos que le restan a la persona la autonomía que le corresponde.
Lesiones musculoesqueléticas: Definición y contexto clínico
Para tomar conciencia de la seriedad de dichas afecciones, es preciso ir más allá de lo más evidente y superficial del síntoma. Si se habla de lesiones musculoesqueléticas y su definición desde un enfoque médico, se habla de un amplio curso de alteraciones que vegetan y deterioran el aparato locomotor.No se trata únicamente de huesos rotos; el término engloba daños significativos en músculos, tendones, ligamentos, nervios periféricos y el sistema circulatorio adyacente.
La característica distintiva de una lesión musculoesquelética suele ser su desarrollo progresivo. A diferencia de otras enfermedades, estas pueden gestarse silenciosamente a través de microtraumatismos. Un gesto mal realizado una sola vez puede ser inocuo, pero repetido miles de veces genera un desgaste tisular que el cuerpo no alcanza a reparar por sí mismo, derivando en cuadros de dolor e inflamación persistentes.
Clasificación clínica y tipos de lesiones musculoesqueleticas
Acertar con el diagnóstico es lo que marca la diferencia entre una recuperación total y una molestia crónica. Y es que no es lo mismo tratar un dolor que aparece de golpe que uno que lleva meses gestándose en silencio. Por eso, en consulta analizamos los tipos de lesiones musculoesqueleticas fijándonos sobre todo en el origen del daño y en cómo ha evolucionado en el tiempo.
En la práctica diaria de traumatología, nos encontramos básicamente con dos escenarios:
- Las patologías agudas: Son las que no avisan. Ocurren tras un accidente concreto, una caída o un mal gesto brusco que rompe la resistencia del cuerpo. Aquí entran las fracturas, las luxaciones o esos desgarros musculares que te dejan «seco» en el acto.
- Trastornos acumulativos o por sobrecarga: son quizás los que constituyen un reto mayor para ser tratados y son el resultado de un periodo de tiempo prolongado. El tejido va perdiendo sus propiedades elásticas y de resistencia debido a cargas continuadas, posturas mantenidas estáticas o vibraciones.Para presentar mejor la heterogeneidad de casos que se atienden en consulta, resulta útil señalar algunos trastornos musculoesqueléticos ejemplos (sólo algunos):• Tendinopatías: afecciones del tendón que pueden presentarse de forma inflamada (tendinitis) o de forma degenerada estructuralmente (tendinosis), siendo muy comunes en hombros y en tendones de Aquiles.
• Síndromes de atrapamiento: como por ejemplo el Síndrome del Túnel Carpiano, que se produce cuando la inflamación de estructuras que rodean un nervio conduce a su compresión.
- Bursitis: Se inflaman las bolsas que amortiguan el roce en las articulaciones, provocando un dolor punzante al movernos.
- Hernias y protrusiones discales: El disco intervertebral se deteriora y puede llegar a tocar la raíz nerviosa, causando dolor irradiado.
¿Cuáles son los trastornos musculoesqueléticos más comunes en la población actual?
Nuestro estilo de vida actual, marcado por horas de silla y pantallas, ha cambiado por completo el tipo de paciente que llega a la clínica. Si nos preguntamos cuáles son los trastornos musculoesqueléticos más comunes, la respuesta casi siempre señala a la columna vertebral y a los brazos; son las víctimas principales del sedentarismo y la tecnología.
Entre las lesiones musculoesqueléticas más comunes que estamos diagnosticando en nuestro servicio de Illescas, destacan cuatro por encima del resto:
- Lumbalgia inespecífica: Es la reina de las bajas laborales. Ese dolor en la zona baja de la espalda suele venir de una musculatura estabilizadora débil y de sentarnos mal durante horas.
- Cervicalgia tensional: Mirar el móvil o el ordenador hacia abajo obliga al cuello a soportar una carga enorme, lo que acaba contracturando los trapecios y la zona alta de la espalda.
- Epicondilitis lateral: Aunque se le llama «codo de tenista», hoy en día la sufren más los oficinistas y trabajadores manuales por el uso repetitivo del ratón o herramientas.
- Condropatías de rodilla: Es el desgaste del cartílago de la rótula, algo que se agrava mucho si hay sobrepeso o si hacemos deporte sin cuidar la técnica.
Trastornos musculoesqueléticos: Medidas preventivas y ergonomía
Existe un consenso médico absoluto: el mejor tratamiento es aquel que no llega a ser necesario. Entender como prevenir las lesiones musculoesqueléticas implica una reeducación sobre cómo interactuamos con nuestro entorno y cómo gestionamos las cargas físicas. La prevención debe ser activa y constante.
La ergonomía y la preparación física no son exclusivas de atletas de alto rendimiento. Dentro de las medidas preventivas para evitar trastornos musculoesqueléticos encontramos protocolos sencillos pero de gran impacto clínico:
Higiene postural y adaptación del entorno
La ergonomía busca adaptar el trabajo a la persona, y no al revés. En entornos de oficina, es vital que la pantalla se ubique a la altura de la línea visual para mantener el cuello neutro. Las articulaciones (codos, caderas y rodillas) deben buscar ángulos cercanos a los 90 grados. En trabajos físicos, la mecanización de tareas o el uso de ayudas mecánicas reduce drásticamente la incidencia de lesiones lumbares.
La importancia de la recuperación y las pausas
El tejido humano necesita oxigenación y flujo sanguíneo para mantenerse sano, algo que la inmovilidad impide. Introducir pausas activas o micropausas cada cierto tiempo permite relajar la musculatura tensa y reactivar la circulación. No se trata de detener la productividad, sino de invertir unos minutos en estiramientos compensatorios para asegurar la salud a largo plazo.
Manipulación manual de cargas
Gran parte de las hernias discales se producen por una técnica deficiente al levantar peso. La norma de oro es mantener la carga lo más cerca posible del eje del cuerpo, utilizar la fuerza de las piernas para el impulso vertical y evitar a toda costa la torsión del tronco mientras se sostiene el peso.
Acondicionamiento físico
Un sistema musculoesquelético fuerte es mucho más resistente a la lesión. El ejercicio de fuerza controlado y regular actúa como una «armadura» para las articulaciones, mientras que mantener un peso saludable reduce la carga mecánica sobre rodillas y tobillos.
Abordaje profesional en Illescas
A pesar de la correcta aplicación de trastornos musculoesqueléticos medidas preventivas, existen factores genéticos, degenerativos o accidentales que pueden desencadenar una patología. Ante la presencia de dolor persistente, la automedicación solo enmascara el problema, permitiendo que la lesión avance.
El Centro Adiós Varices pone a disposición de los habitantes de Illescas un servicio de Traumatología especializado, enfocado en el diagnóstico preciso y la recuperación funcional. El objetivo no es solo aliviar el dolor momentáneo, sino restaurar la biomecánica del paciente para que pueda retomar su vida diaria con total normalidad.
La salud locomotor es fundamental para el bienestar general. Se recomienda solicitar una valoración ante los primeros signos de molestia para garantizar un pronóstico favorable.